La poesía es vitalmente importante porque nos expone a la verdad del ser, de tal manera que podemos volvernos poesía. Al ser verdaderamente poético o poiético, nuestra relación con el mundo cambia. La razón es que no se trata de que el mundo puede hacer por mí, por ejemplo, como con el utilitarismo, sino que podemos hacer juntos para manifestar la verdad a través de lo bello, inclusive lo sublime. Si puedo manifestar tal, no soy prisionero de la obscuridad que jala al ser humano a esconderse de la verdad y me vuelvo un faro de transparencia; una voz poiética…